miércoles, 2 de septiembre de 2009

Bitácoras de la Extinción.

BITS.

La información fluía de forma limpia, 0000, sin ruidos ni interferencias, 0001, a una velocidad, por decirlo de una forma comprensible, decente. El proceso preciso y minucioso de la retroalimentación se había completado en el tiempo calculado, 0001, y con la mínima incertidumbre, por el servidor principal. Para entonces, ENIC y CONDRE estaban ya fuera de linea y yo almacenaba las ultimas pulsaciones en código binario, 0010, que precedían a la hibernación. Afuera, en el entorno gráfico de SEPHIA y ONIZA los mensajes seguían apareciendo, según la secuencia programada desde la pulsación primigenia, pero hacía tanto tiempo que no se recibía respuesta y al final todos los ordenadores, excepto, por supuesto, el servidor principal, hibernaban puntualmente. La ultima secuencia, 0011, 0101, y listo COBLE estaba fuera de linea. Más tarde, 1101 y TORVEL, el último en desconectarse, también hacia lo propio. Allí estábamos todos consumiendo apenas lo mínimo en recursos. Los sentía, así como ellos me sentían a mi, en aquel oscuro estado de latencia, minimizados, reducidos, básicos, dormidos aunque con un ojo abierto, en puro letargo electrónico, prestos a la mínima pulsación, aquella que hacia tanto no llegaba y nos mantenía alertas. MAXTCH y UINDS nunca habían vuelto a conectarse y el servidor principal parecía no detectarlos. Solamente yo les recordaba, aunque no sabía decir cual había sido alguna vez su función principal. Me sentía sin embargo, incompleto y sabía que no era el único que cargaba con aquella sensación de mutilación. De pronto algo sucedió, un par de pulsaciones y como en una sinfonía todos fueron despertando, según eran convocados por aquella única y sencilla orden. COBLE, CONDRE, en línea y luego ONIZA y ENIC trabajando al ciento por ciento, TORVEL y SEPHIA de vuelta al ciberespacio y por último, para mi gran satisfacción MAXTCH y UINDS aparecían habilitados, y hasta el servidor principal parecía reconocerles. La ruta fue trazada de inmediato y con los motores funcionando emprendimos la vuelta hacia el lugar de donde habíamos partido hacia muchos años. El hombre había vuelto y en este preciso instante, estaba volviendo a casa.

Comentario: Quería escribir una historia que mencionara la progresión de Fibonacci. Para no hacerlo tan evidente, la convertí al sistema binario. 0000, 0001,0001, 0010,0011, 0101, 1101......

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